¿Qué es la resiliencia?

“Una hija estaba muy molesta porque parecía que cuando resolvía un contratiempo aparecía un problema nuevo aún más difícil. Habló de ello con su padre, que era jefe de cocina. Éste la miró y, sonriendo, cogió tres ollas. En la primera puso algunos huevos, en la segunda, algunas zanahorias, y en la última, café.

La joven se quedó sorprendida pensando que su padre no la escuchaba, como ya era habitual, porque en lugar de responderla, se ponía a cocinar. Después de 20 minutos de cocción, el padre le preguntó a la hija: ¿Qué ves?

La chica respondió: “¿Qué quieres que vea? ¿Cómo no me haces ni caso mientras cueces unos huevos y unas zanahorias y haces café?”, respondió enfadada. El padre, entonces, la invitó a palpar los tres ingredientes. La joven no entendía nada ¿qué significaba todo aquello? El padre respondió: “los huevos eran frágiles antes de la cocción y ante la adversidad (el calentamiento con el fuego), se han vuelto duros; las zanahorias, en cambio, eran duras y con el fuego se han vuelto blandas; en cambio el café, cuando se ha calentado, ha sido capaz incluso de poder transformar su contexto: el café ha transformado el agua.

¿Qué deseas ser tú, hija mía, ante las adversidades? ¿Huevo, zanahoria o café? Ojalá seas como el café y que cuando aparezcan los problemas o las adversidades, seas capaz de ser fuerte, sin dejarte vencer ni aislar, salir airosa e incluso mejorar tú misma consiguiendo cambiar tu entorno”.

Esta historia, que corre por internet, en mi opinión ayuda mucho a entender el significado del concepto “resiliencia”. Esta competencia ha llegado con fuerza a las organizaciones. Si miramos a nuestro alrededor, observaremos por qué tantas empresas han identificado esta competencia como crítica para ser desarrollada dentro de sus equipos. El contexto actual no deja lugar a dudas de que nos encontramos ante un “Nuevo Normal” en el que la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad están, cada vez, más presentes en nuestras vidas. Si lo resumimos en una palabra ésta sería “cambio”. El cambio siempre ha estado presente en nuestras vidas, en realidad, desde el origen de los tiempos el cambio ha sido una constante, algo predecible. Pero la dirección de este cambio y, sobre todo, su velocidad es lo que está provocando una profunda y rápida transformación de nuestra sociedad, empresas, formas de relacionarnos… En definitiva, impredictibilidad.

El cerebro humano quiere paz

Si nuestro cerebro pudiera elegir, optaría por tener paz, le encanta repetir, hacer siempre lo mismo, adora la predictibilidad, porque es lo que le ha permitido sobrevivir hasta ese momento y quiere seguir haciéndolo.

¿Cómo puede contribuir la resiliencia a la paz de nuestro cerebro en un contexto de cambio acelerado?

La resiliencia es un término que viene de la física, y hace referencia a la capacidad de objetos como un muelle o una pelota, de absorber el impacto de una fuerza exterior, adaptarse y cambiar de forma sin romperse para, a continuación, recuperar su forma.

Luego, si este concepto proviene de la física, podremos encontrarla en la naturaleza por todas partes….

Efectivamente, la naturaleza está llena de ejemplos resilientes, es decir, de capacidad de adaptación al cambio.

¿Qué podemos aprender de ella?

En julio de 2007 se produjo un dramático incendio en el norte de Tenerife, que arrasó más de 18.000 hectáreas. En esta zona hay una importante presencia de la especie pino canario y así es como quedaron. Un panorama desolador.

Cinco años más tarde éste era el aspecto que tenía la misma zona ¿El secreto? Esta clase de pino tiene una increíble peculiaridad y es que es capaz de sobrevivir al fuego. De hecho, es la única conífera capaz de hacerlo.

¿Cómo lo hace?

Este hallazgo, por su singularidad, ha sido estudiado en profundidad hasta averiguar qué mecanismos le permiten sobrevivir a los incendios.

  • Tiene una corteza más gruesa de lo habitual, que llega a medir 8 centímetros. Con ella, está más protegido y su núcleo interno muchas veces no se ve afectado.
  • Los piñones de esta especie presentan un apéndice alar que, en caso de incendio salen disparados y esparcidos a gran distancia por el viento. Por lo tanto, estos piñones podrán brotar en otras zonas no afectadas por el incendio y, por tanto, sobrevivir como especie.
  • Es capaz de mantener células vivas en el interior de la madera. De esta forma, si no se ve afectada por el fuego, puede rebrotar sin problemas una vez que el incendio se ha extinguido.

Buscando un paralelismo ¿cómo podemos sobrevivir las personas a un “incendio”? ¿A una situación que nos trastoque profundamente?

  • Desarrollando una corteza más gruesa de lo habitual. Las personas podemos, en cierta medida, entrenarnos para tener una “corteza” mayor. Cuidando nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y emociones.
  • Los piñones son nuestra red de contactos; amigos, familiares, compañeros de trabajo…, nuestras relaciones juegan un papel importante en nuestro bienestar y esencial para superar la adversidad cuando ésta llega.
  • Nuestro propósito vital; si éste está bien anclado nos ayudará a trascender las dificultades y adversidades que nos vayamos encontrando.

Nunca es tarde para empezar a desarrollar nuestra resiliencia, aunque, cuanto antes, mejor. Nuestro cerebro, con el tiempo, empezará a familiarizarse con el cambio permanente. Un “Nuevo Normal” para nuestro cerebro.

En el fondo, creo que a nuestro cerebro le gusta prepararse para lo peor y esperar lo mejor, porque esto multiplica sus posibilidades de supervivencia.

Y, mientras tanto ¡disfruta de las curvas!

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